El dolor que comienza en la parte baja de la espalda y se extiende hacia la pierna puede ser más que una simple molestia. Si alguna vez has sentido un ardor, hormigueo o incluso debilidad en una pierna, es posible que estés lidiando con ciática.
Este problema afecta a millones de personas en todo el mundo y puede alterar significativamente la calidad de vida si no se trata correctamente.
Entender qué es la ciática, cómo reconocer sus síntomas y qué pasos seguir para aliviarla es fundamental para recuperar el bienestar.
Qué es la ciática y cómo afecta al nervio ciático
La ciática no es una enfermedad en sí misma, sino un conjunto de síntomas provocados por la irritación o compresión del nervio ciático.
Este nervio es el más largo y ancho del cuerpo humano, se origina en la parte baja de la columna vertebral y baja por la parte posterior de cada pierna hasta llegar a los pies.
Cuando el nervio ciático se ve afectado, ya sea por una hernia discal, una lesión o una inflamación, puede generar dolor intenso, debilidad muscular y alteraciones sensoriales. La ciática suele manifestarse en un solo lado del cuerpo, aunque en casos menos comunes puede afectar ambos lados.
Este nervio es vital porque controla los músculos que permiten caminar, levantar el pie y mover la pierna. Por eso, su afectación puede limitar mucho la movilidad y la capacidad para realizar actividades cotidianas.
Síntomas más comunes para identificar la ciática
Reconocer la ciática a tiempo es clave para evitar complicaciones. El síntoma más característico es un dolor agudo o punzante que se irradia desde la zona lumbar hacia la nalga y baja por la parte posterior de la pierna.
Este dolor puede variar en intensidad, desde una molestia leve hasta un dolor insoportable.
Además del dolor, es común experimentar hormigueo o sensación de “alfileres y agujas” en la pierna afectada. Algunas personas también reportan entumecimiento o debilidad muscular, lo que puede dificultar movimientos simples como pararse o caminar.
En casos más graves, la ciática puede provocar pérdida de control de esfínteres o debilidad severa en la pierna, situaciones que requieren atención médica inmediata.
Principales causas del dolor del nervio ciático
El origen del dolor ciático puede ser diverso. La causa más frecuente es la hernia de disco lumbar, donde uno de los discos que amortiguan las vértebras se desplaza y presiona el nervio ciático. Esto genera inflamación y dolor intenso.

Otra causa común es la estenosis espinal, que es el estrechamiento del canal vertebral que comprime el nervio.
También puede deberse a lesiones musculares, tumores, infecciones o incluso a la presencia de espolones óseos.
Factores como la obesidad, el sedentarismo, malas posturas y esfuerzos físicos repetitivos aumentan el riesgo de desarrollar ciática. Incluso el embarazo puede provocar síntomas debido a la presión que ejerce el útero sobre el nervio.
Beneficios de la fisioterapia para aliviar la ciática
La fisioterapia es una de las herramientas más efectivas para tratar la ciática sin necesidad de cirugía.
Un fisioterapeuta puede diseñar un plan personalizado que incluya ejercicios para fortalecer la musculatura lumbar y mejorar la flexibilidad, lo que ayuda a reducir la presión sobre el nervio ciático.

Además, técnicas como la terapia manual, estiramientos específicos y el uso de electroterapia pueden aliviar el dolor y acelerar la recuperación. La fisioterapia también enseña a corregir posturas y movimientos que podrían estar contribuyendo al problema.
El objetivo es no solo aliviar los síntomas, sino también prevenir futuras crisis mediante la educación y la rehabilitación funcional. Con un tratamiento adecuado, muchas personas experimentan una mejora significativa en pocas semanas.
Cómo prevenir el dolor ciático y evitar recaídas
Prevenir la ciática implica adoptar hábitos saludables que protejan la columna vertebral y el nervio ciático. Mantener un peso adecuado es fundamental para reducir la carga en la espalda baja.
Asimismo, realizar ejercicio regularmente, especialmente actividades que fortalezcan el core y mejoren la postura, ayuda a mantener la columna estable.

Evitar permanecer sentado por largos períodos, usar sillas ergonómicas y hacer pausas activas durante el día son medidas sencillas pero efectivas.
También es importante aprender a levantar objetos correctamente, doblando las rodillas y manteniendo la espalda recta para evitar lesiones.
En caso de sentir molestias, no se debe ignorar el dolor. Consultar a un especialista y comenzar un tratamiento temprano puede evitar que la ciática se vuelva crónica o cause daños mayores.
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